La investigación es una actividad humana orientada a la
obtención de nuevos conocimientos y su aplicación para la solución a problemas o
interrogantes de carácter científico.
Es el nombre general que recibe el
largo y complejo proceso en el cual los avances científicos son el resultado de
la aplicación del método científico para resolver problemas o tratar de
explicar determinadas observaciones, de acuerdo al planteamiento de Georges
Chapouthier.
La Investigación Educativa presenta una serie de características
particulares. La multiplicidad de los objetivos y fines que pretende, la
singularidad de los fenómenos que estudia y la pluralidad de los métodos que
emplea son dimensiones que le otorgan especificidad propia a la vez que hacen
más compleja y ardua su descripción y estudio.
El surgimiento de la pedagogía
científica, basada en la experimentación, fue otro factor de importancia
para el desarrollo de la pedagogía experimental. Esto se produce gracias a los
aportes del racionalismo del siglo XVIII.
El fundamento de la enseñanza
universitaria moderna consiste en que el alumno debe adquirir el espíritu de
investigación o espíritu científico, o sea, la aptitud de examinar y conocer
los hechos, por sí mismo, y de comprenderlos con exactitud. Así un estudiante
de clínica no aprende bien con sólo asistir a conferencias teóricas parado al
pie de la cama o sentado en un aula, en las que el enfermo es casi un pretexto
decorativo para un discurso erudito, y en las que el alumno engulle pasivamente
-aunque no siempre digiere- los conocimientos con que se pretende rellenarlo.
Será más importante para su formación individual que se le obligue a ser
activo, haciendo que sin ayuda examine a un enfermo desconocido, aplique
personalmente todos los métodos de examen físico y practique los exámenes de
laboratorio, para luego formular un diagnóstico y tratamiento. Al exponer luego
el resultado de sus exámenes a un docente capaz, éste le mostrará sus errores y
deficiencias para que las corrija y no reincida en ellos, con lo cual le habrá
dejado enseñanzas indelebles.
Profesores. Hemos dicho ya que
los más grandes profesores son casi siempre investigadores en actividad. Es que
sólo un investigador puede tener juicio propio sobre lo que enseña y revisarlo
continuamente, además de la capacidad de estimular a las inteligencias jóvenes
y vigorosas, ávidas de progreso. Sólo él puede conservar encendido el amor por
la enseñanza y la búsqueda científica a través de los años y aun al llegar a
edad avanzada. Además, sus vidas son habitualmente más amplias y sus conocimientos
más sólidos; y, por fin, su ejemplo, su competencia y su prestigio estimulan e
inspiran a los jóvenes. Hablo del caso más común, el de los investigadores que
tienen vocación por la enseñanza, capacidad probada de formar buenos
discípulos, generosidad y gusto en el trato con las mentes juveniles. Pero si
faltan estas condiciones, entonces el investigador no debe seguir la carrera
del profesorado.
Se aprecia al que es un
investigador auténtico porque está dedicado todo el tiempo disponible a la investigación,
y si la suele interrumpir de noche es por obligación de horarios o de familia,
o por la necesidad de descanso. La investigación es siempre su tarea principal
y se dedica a ella con perseverancia.
La educación superior y la
ciencia deben distribuirse de manera más uniforme por todo el mundo para
relajar así la tensión política y mejorar las posibilidades de desarrollo económico
y social. El papel de la educación y la ciencia en este proceso se da por
sentado –se toma como punto de partida– y se supone que el conocimiento y las
habilidades serán al menos tan importantes para el futuro del mundo en desarrollo
durante este siglo como lo fueron para los países desarrollados e
industrializados en el pasado.
Estamos viviendo una época de
entusiasmo renovado en la que la educación superior y la investigación aparecen
como el camino que hay que seguir hacia el desarrollo mundial, con el establecimiento
de centros del milenio y academias de ciencias en África y otras iniciativas
similares en países en vías de desarrollo. El tema del desarrollo humano y
social a través de la educación superior y de las capacidades de investigación encaja
perfectamente en un tomo dedicado al futuro de la educación superior en la era
de la globalización.
En
el proceso de enseñanza aprendizaje que se desarrolla en la Universidad, más
que la información, los conocimientos o los datos, importa proporcionar al
alumno las capacidades intelectuales, los métodos y las herramientas que le
permitan desenvolverse en el ámbito de su profesión, lo cual es proveído por la
investigación científica, la misma que debe constituir un aspecto central en la
formación universitaria; pero a pesar de ello se soslaya el problema. ¿Cómo
entonces abordar este tema y proponer soluciones válidas?
¿Qué hacen las universidades en
este país de R. D. con los trabajos de investigación de grados y post grados
que se exigen como requisito al término de los programas de estudio desarrollados
en esos centros de altos estudios?
¿Son trabajos verdaderamente
científicos?
¿Son tomados en cuenta para la
solución planteada para mayor progreso o solución a los resultados obtenidos en
beneficios de la población en cuestión?
¿Existen recursos destinados al
apoyo de las investigaciones?